La segunda etapa de la prueba de autonomía del nuevo vehículo eléctrico de la flota de IPV transcurre entre Caneján y Tarragona. La primera dificultad que nos encontramos, según podemos comprobar a través de las múltiples aplicaciones especializadas que consultamos habitualmente, es que en el Valle de Arán no hay ningún punto de recarga rápida.
Esto retrasará nuestro viaje hacia la capital tarraconense, puesto que necesitamos cargar la batería del coche, que en el momento de iniciar la ruta solo dispone de 60 kilómetros de autonomía. Por lo tanto, haremos una parada en Artíes, donde se encuentra el único punto de recarga de todo el Valle de Arán, con muy poca capacidad. Tan limitada que por cada hora de conexión solo proporciona energía para recorrer 20 kilómetros.
Después de pasar más de dos horas en Artíes, retomamos la marcha y realizamos una última parada, esta vez en Benabarre, para garantizarnos que llegaremos sin problemas de suministro hasta Tarragona.
La ausencia de un punto de carga rápida en el Valle de Arán nos ha penalizado y ha alargado nuestro viaje unas cuatro horas y media más de lo que habría supuesto hacerlo con un vehículo de combustión. La conclusión es evidente: todavía tenemos que avanzar bastante en la implantación de puntos de recarga de alto rendimiento para que el coche eléctrico gane espacio definitivamente al modelo tradicional.
Os explicamos todos los detalles en el siguiente vídeo:
