El autoconsumo es una apuesta energética cada vez más extendida entre las explotaciones agrícolas porque proporciona un gran ahorro económico. Las empresas del sector ven la fotovoltaica como la mejor alternativa para combatir la reducción de márgenes que durante los últimos años han tenido que afrontar como consecuencia del incremento de la factura eléctrica, que, en muchos casos, incluso ha puesto en grave riesgo su viabilidad.
La principal ventaja de la inversión en equipamiento solar es de carácter económico, pero no la única, ya que existen otras que cabe destacar y la hacen todavía más atractiva. Por ejemplo, se trata de sistemas silenciosos que requieren de muy poco mantenimiento y no contaminan.
Además, la instalación es sencilla y rápida, y asegura la cobertura energética. Así mismo, constituye una infraestructura compatible con cualquier bomba que ya esté en funcionamiento. Por último, pero no menos importante, conviene remarcar que la evolución de la tecnología hace posible, hoy en día, amortizar la inversión inicial al cabo de unos 5 o 6 años.
Este cúmulo de factores está propiciando que las explotaciones agrarias incorporen cada vez más la energía fotovoltaica a los sistemas de bombeo y de riego. Nos encontramos ante soluciones de alta calidad adaptables a las dimensiones de cada instalación, capaces de proporcionar un autoabastecimiento de hasta el 100% y que aportan total control sobre los costes energéticos. En definitiva, una opción que puede resultar determinante para garantizar la rentabilidad de un negocio.
Para hacer números, se debe consultar con un especialista y solicitar un estudio de viabilidad personalizado, un servicio que en IPV ofrecemos sin ningún compromiso.